sábado, 10 de noviembre de 2012

Asimilando países

Hay un estudio (por desgracia no encuentro el enlace) en que se analizan las pautas de comportamiento/actitud personal frente a un cambio de país de residencia.**

Es algo así como que los primeros meses son de descubrimiento y exaltación de lo nuevo. "Esto sí que funciona, no como en mi país" y blablabla. Ya sabéis a qué me refiero. Después de esta fase "pico", viene la fase "valle", en la que ese bonito lunar es una fea verruga. Es decir, haberse dado cuenta de los fallos que tiene ese lugar y llegar a maximizarlos de tal manera que todo sea un fiasco. Una tercera fase es la adaptación al medio y a darse cuenta de que cada país tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, y que ni (por lo general) el país de destino es mejor que el original ni peor, simplemente diferente.

Este proceso yo diría que lo hemos sufrido todos los que nos hemos ido a vivir al extranjero, en mayor o menor medida, y con una mayor o menor duración de, sobre todo, las dos primeras fases.

Mi duda era el saber qué pasaba cuando te ibas a un segundo país (es decir, una vez que ya has pasado por este proceso -y que te has dado cuenta de ello, claro-), y más aún, cuando te vas a un país que, podría ser considerado como tan familiar (o próximo culturalmente hablando) como conocido como es Italia.

La verdad es que pocas cosas buenas nuevas se pueden decir de Italia; quiero decir, ¿acaso alguien no conoce su clima, su comida o la historia que corre por cada una de sus ciudades? ¿acaso no tenemos todos una idea más o menos veraz/precisa o al menos aproximada de Milán, Génova, Venecia, Florencia, Roma, Nápoles, Sicilia, incluso de San Marino y del Vaticano? ¿hay algún otro país del que os sean tan familiares tantas ciudades? Apostaría a que no.

Así que aquí la primera fase de exaltación dio paso directamente a la segunda... y en esa estoy todavía. Bueno, realmente no es que sea un fiasco, sino que es una sensación de desidia/resignación bastante grande. Que estoy muy muy contento con mi trabajo y con la casa en la que vivimos (cosa que no es tan sencilla dado el peculiar parqué inmobiliario de Bolonia), pero... es que cualquier gestión -por mínima que sea- es infernal...

En fin, que esta entrada se me está extendiendo demasiado. Ya os daré ejemplos en otras entradas... Pero vamos, sólo decir que si nos quejamos de lo lentas que van las cosas en España... ¡uff! Y menos mal que vivimos en el "norte", porque el sur deber ser... de aúpa

** actualización: ver entrada del 26/01/2013

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